Los cerebros son amantes de la poesía

MARÍA GONZÁLEZ DE LEÓN

Buenos días

\"\"

He estado inmerso en la escritura de mis vivencias y de las experiencias que he acumulado a lo largo de mi vida. No se trata de unas memorias, sino más bien de un diario ancestral de lo que recuerdo. A medida que envejecemos, deseamos dejar buenos consejos a quienes vienen detrás en el camino de la vida, aquellos que también envejecerán como nosotros. La poesía nos permite reflejarnos de la mejor manera posible y sentir lo que nos hace verdaderamente humanos. En definitiva, el bienestar y la felicidad pueden expresarse a través de la palabra. Una vez que la palabra y las metáforas están escritas, ya no tienen dueño; pertenecen a quien las interpreta y las hace suyas.

Me permití copiar estos párrafos de María Gonzales De León, ya que brindan una valiosa perspectiva sobre el tema que quiero abordar: los tres cerebros.

Un estudio científico demuestra que el cerebro humano asimila la musicalidad del discurso poético antes de comprender su significado literal.

— T.S. Eliot

Siempre hemos sabido que la poesía posee un poder inconmensurable y misterioso. Aunque muchos piensan que esta forma de expresión requiere conocimientos previos para ser entendida en su totalidad, basta con leer una pieza lírica poderosa para que nuestras emociones e imaginación se agiten profundamente. Ahora contamos con una explicación para esto.

Recientemente, el psicólogo Guillaume Thierry de la Universidad de Bangor, en el Reino Unido, llevó a cabo un estudio que demuestra, por primera vez de manera científica, que la poesía, más específicamente su cualidad musical, es captada por el cerebro humano de manera inconsciente, antes de que su significado literal sea asimilado. Esto significa que las propiedades rítmicas y armónicas del discurso poético estimulan partes de nuestra mente que operan fuera de la conciencia, mostrando la estrecha relación entre la intuición y esta forma de arte.

El estudio de Thierry, publicado en el diario Frontiers in Psychology, registró las respuestas electrofisiológicas cerebrales de un grupo de participantes que fueron expuestos aleatoriamente a una forma poética tradicional galesa conocida como Cynghanedd. Todos los participantes eran hablantes nativos de galés sin conocimiento previo de esta poesía. El procedimiento consistió en hacer que escucharan oraciones enteras de un poema, para luego determinar si el segmento era auditivamente aceptable. Sin poder explicarlo, la mayoría calificó como aceptables aquellas oraciones que seguían las reglas de esta forma lírica.

En términos generales, el estudio mostró que los cerebros de los participantes eran capaces de detectar cuándo ciertas repeticiones de consonantes o vocales debían estar presentes en el poema, anticipando de forma inconsciente lo que seguía, como si las reglas poéticas formaran parte de un inconsciente arquetípico, y todo esto ocurría segundos antes de que comprendieran el significado de las palabras.

Durante la prueba, Thierry y su equipo analizaron el “potencial relacionado con el evento” (ERP) de los participantes, que se refiere a la respuesta cerebral ante un evento sensorial específico, en este caso, la poesía. Se descubrió que el ERP se activaba fracciones de segundo después de escuchar la última palabra de un enunciado, solo cuando este incluía las repeticiones de consonantes y patrones de acentuación característicos del Cynghanedd, y no cuando el fragmento carecía de tales características. Curiosamente, estas respuestas cerebrales se generaron incluso cuando los participantes no podían identificar cuáles fragmentos cumplían con las reglas y cuáles no.

\»La poesía es un tipo particular de expresión literaria que transmite sentimientos, pensamientos e ideas, enfatizando las restricciones métricas, la rima y la aliteración\», explica Thierry. Esto refleja que el sonido, por sí mismo, es portador de un significado implícito. Además, el estudio resalta la magia inexplicable de la poesía y enfatiza la importancia de aprenderla y enseñarla. Finalmente, los resultados indican que la mente humana puede ser inspirada y estimulada, incluso cuando la fuente del estímulo es desconocida, lo que explica por qué nuestro cerebro ama la poesía, incluso antes de poder explicarla.

Mis tres cerebros

En mi cabeza, dentro de mi mente, brillan tres soles;
la neo corteza, guiando con razón y luces brillantes,
brinda inteligencia, lógica y comprensión,
y nos guía con su saber en nuestro continuo devenir.

El cerebro límbico palpita con pasión, amor y energía,
tesoro de emociones, recuerdos que cada día destellan,
motivación, deseos y anhelos, impulsos de querer vivir,
en su vital danza dibuja los colores que pueden surgir.

En lo más profundo de las capas, el reptiliano con su instinto ancestral,
nos orienta por caminos primigenios y fundamentales,
proyectos de vida, supervivencia en su esencia pura,
nos recuerda que en la base de todo, está nuestra aventura.

Tres cerebros en armonía, buscando equilibrio y paz,
buscando la felicidad que generosamente nos traerá,
en la unión de sus fuerzas, virtud y sabiduría hallaremos,
caminando juntos hacia una vida plena, sin errores.

El secreto de la vida reside en la armonía. Cada cerebro lucha por guiarnos, y debemos ser emocionalmente inteligentes para dirigirlos hacia nuestro bienestar. Tres cerebros juntos, pero no revueltos; empecemos a danzar este baile de la vida, y así encontraremos la alegría y la salud mental.

Frases del día:

\»Empieza un diario de gratitud. Entrena al cerebro para que se centre en las cosas que te gustan de tu vida. ¡Observa lo que sucede a tu alrededor cuando lo haces!\» — Christie Marie Sheldon.

\»Tienes cerebro en la cabeza. Tienes pies en tus zapatos. Puedes dirigirte a cualquier dirección que elijas.\» — Dr. Seuss (1904-1991).

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sobre el autor

Te podría interesar

Publicaciones relacionadas