Hablemos de reflexiones y de intimidades que cada uno lleva en su interior. Caminamos poco a poco todos los días, que esos pasos que damos dejen huellas en la tierra, en el asfalto y en las arenas, Caminemos hacia el mañana llenos de alegría y de placer. No te detengas siempre hacia el norte, pasito a pasito pero con la convicción de que estás en la calle de la felicidad.
Nacemos y de fabrica venimos con nuestros cerebros igualitos. Nos diferencia solamente la carga genética fruto de la herencia hereditaria de nuestros padres y nuestros ancestros. Y a medida que vamos creciendo, vamos llenándonos de experiencias de vida de nuevos mapas mentales, almacenando todo lo mas relevante en nuestras nuestras memorias a través de la creación de nuevas experiencias, vivencias y nuestra bibliografía
Un cerebro activo que aprende mas cosas nuevas, que se mantiene activo y explotando a las neuronas será un cerebro dinámico, vivo y resplandeciente. Al contrario un niño sedentario, introvertido, con poca exposición al mundo y a su entrono total, será deficiente en su desarrollo cerebral. Y así vamos creando grupos de personas a los que empezamos a llamar inteligentes y menos inteligentes.
Y en prosa podemos escribir mis reflexiones de la siguiente manera:
Seguimos caminando hacia el mañana Sigue adelante…..
Vamos aprendiendo a ser de acero.
ya el cuerpo no los ha querido doblar
Han buscado romper nuestros pies
para luego prestarnos las muletas
y haciéndolo ver y dejarse querer.
Vamos aprendiendo a ser de acero,
a utilizar armazones en todo el cuerpo.
Cerramos los ojos a lo malo y lo bueno
y empezamos a vivir en una ceguera ciega.
Nos aislamos y no queremos compartir con otros
ni emociones, ni risa, ni vivencias.
Nos desplazamos en piloto automático
como si no hubiera tiempo para pensar,
y vamos llenándonos de odio y frustración.
No nos damos de cuenta que cuando deseamos mal
el veneno no lo tomamos nosotros.
El miedo ha entrado en nuestra sangre
y nos está cambiando la vida.
Si saber que más allá del miedo, en el otro lado está la vida.
Se nos olvida el llorar por la lástima de que nos vean heridos
Vivimos sin fuerza de voluntad, la motivación se perdió.
Pero no queremos mostrar nuestras debilidades.
y así vamos enfermándonos de adentro para adentro.
Nos hacemos la víctima, preferimos esconder lo malo
Creemos que la historia que vivimos es solo nuestra
y nos encerramos en un gran laberinto,
sin darnos cuenta de que toda la sociedad vive lo mismo.
La salud mental se vende en las bodegas
pero ninguna medicina es buena.
Y así continúa creciendo un círculo sin salida,
Un huracán, un volcán toma nuestra conciencia,
las ideas como la lava del volcán se erupcionan
con sentimientos malos que se calientan
y en cualquier momento hasta las tripas fallan.
Vivimos en un cementerio en el que enterramos
un poquito de nosotros mismos cada mañana.
Es como vernos morirnos antes de que el tiempo llame.
Es hora de cambiar con esta reflexión.
Un alto en el camino y a vivir mejor.
Que el cerebro reptil no sea el que nos mande
si no encontrar la unión y la armonía de la razón.
Y así la vida reflorecerá y nuestra sociedad
una nueva, colorida y pujante primavera vivirá
Hasta la próxima