Nuestro cerebro tiene un gran potencial de aprendizaje, que exige la aplicación de lo aprendido, y la utilización de habilidades y competencias tanto personales, como sociales y profesionales para el logro de nuestros objetivos, por lo tanto, se hace necesario prestar atención no sólo a la dimensión cognitiva, sino también a la dimensión emocional de la persona, la cual debe ser educada para que las emociones y los sentimientos afloren convirtiéndose en apoyo, estimulo y guía para la vida, declara el Dr Fabián Sorrentino en su entrenamiento para Mentores.
En la década de 1950, el neurocientífico norteamericano Paul MacLean desarrolló la teoría del cerebro truino. Partiendo de esta premisa, se narra de una manera sucinta e interesante, la función de nuestro cerebro, según los estudios realizados.