Hemos de ver el cerebro humano como un todo, de otra manera nos equivocaremos. No es un rompe cabezas, sino un órgano con determinadas áreas especializadas que se conectan unas con las otras para ejecutar determinadas funciones en conjunto, como un equipo eficaz y siempre perfecto.
Ahora bien, en ocasiones, eso sí, puede destacar la activación de una parte, en especial si hablamos de emociones. En este caso el cerebro limbico estará actuando.
Las personas que guíen su comportamiento en función de sus instintos, dejando a un lado esa regulación emocional y ese control mental que ejerce el sistema límbico y el Neocortex, estarán actuando bajo el dictamen de una parte muy concreta y exclusiva de nuestro cerebro: la del cerebro reptil.