Uno de los grandes secretos del cerebro es la capacidad de producir hormonas por la vía de la naturaleza y no por la vía de fármacos y drogas. Encontrar estados de placer y armonía con uno mismo a través del hacer cosas que uno quiere hacer, el sentirse bien en cualquier circunstancia hace que la persona realmente viva destellos de felicidad a través de la segregación de diferentes hormonas conocidos como neurotransmisores
Analizamos los siguientes neurotransmisores:
- Serotonina: Responsable de una sensación de bienestar, nos provoca relajación y tranquilidad, nos invade un estado de calma interior.
- Dopamina: Se produce cuando nuestra conducta se dirige a un fin, cuando nuestras acciones se rigen por una motivación ( Por ejemplo, fijarnos como objetivo el uso de las situaciones diarias con los pequeños como oportunidades para dotarlos de herramientas personales y sociales). Genera optimismo y entusiasmo. También relacionada, por tanto, con el sentimiento de bienestar. Tanto la dopamina como la serotonina son responsables de la felicidad interior. El altruismo y la empatía también son buenos productores de dopamina, de ahí que todos nos sintamos bien cuando realizamos acciones sin esperar nada a cambio ( ya lo decía Alfred Adler) o cuando sentimos que hemos conectado con la otra persona.
- Oxitocina: Es una neurohormoma, llamada también la hormona del amor, ya que se relaciona con los vínculos afectivos. Nos proporciona una sensación de confianza y bienestar y nos hace ser más amigables con los otros, promoviendo la cooperación.
referente a los centros emocionales, es imprescindible hablar, como su propio nombre indica, de las emociones, ya que son éstas los impulsos que tomamos para la acción; una vez recibido un estímulo, nuestro organismo se prepara para dar una respuesta, que variará en función de la interpretación cerebral que se haga de la situación, y que va dirigida básicamente en el camino del placer o del dolor.