Estos últimos días han sido un período de reflexión, marcado por los golpes y las piedras que encontramos en el camino. Son tiempos en los que la buena música llega a alimentar nuestras neuronas, suavizando nuestros corazones y evitando que se arruguen o alteren su funcionamiento.
En esta era de constante bombardeo informativo, la comunicación se vuelve vital. No es fácil expresar todo lo que llevamos dentro: rencores, herencias genéticas, recuerdos y emociones. Sin embargo, al leer las letras de mi canción favorita, que comparto con ustedes, me doy cuenta de la necesidad de seguir trabajando con mis tres cerebros para liberar aquello que pesa y nos impide ser plenamente felices.
Por favor, tómense su tiempo para leer y, si pueden, repitan el ejercicio varias veces. Esta canción actúa como un bálsamo para el alma y un catalizador para el cambio, animándonos a comunicarnos sin esperar nada a cambio. Fomenta la resiliencia, nos recuerda nuestra humanidad y nos impulsa a no dejar en el baúl de la vida las cosas que anhelamos hacer. Acción, comunicación y mucho amor son esenciales para disfrutar más y vivir mejor.
¿Alguna vez te has detenido a pensar a dónde va lo que no decimos? Todo aquello que no nos permitimos sentir, las miradas que no compartimos, los besos que no damos, los miedos que no soltamos, las angustias y los gritos. ¿Sabes a dónde van las palabras que permanecen sin decir?
¿Sabes a dónde va lo que quieres hacer y no haces?
¿Sabes a dónde va lo que quieres expresar pero no dices?
¿Sabes a dónde van las emociones que no te permites sentir?
Nos gustaría pensar que lo no dicho se pierde en el olvido, pero en realidad, se acumula en nuestro cuerpo, llenando el alma de gritos mudos. Lo que no decimos se convierte en insomnio, en un dolor de garganta. Se transforma en deudas y asignaturas pendientes, en insatisfacción, tristeza y frustración.
Lo que no expresamos no muere; nos consume lentamente. Se convierte en trauma, en un veneno que corroe nuestra alma y nos encierra en el pasado, convirtiéndose en heridas abiertas.
Les deseo un feliz día y paz en vuestros corazones.