Los cerebros y el miedo

¡Viviendo con tus Miedos!

El miedo es uno de esas emociones que para estar presente es capaz esconderse detrás de los celos, la vergüenza, la ira, la tristeza, la violencia o el ego y con estos disfraces confundirte. Y para identificarlo tienes que desenmascararlo.

El miedo es una emoción compleja que se genera en nuestro “cerebro reptiliano”, la parte instintiva de nuestra mente, el primero que la naturaleza nos proporcionó y el “cerebro límbico” que sería el responsable de las emociones, un sistema basado en un sistema de evasión (sensaciones desagradables como el dolor o el miedo) y atracción (sensaciones agradables como el placer).

El cerebro primitivo es el responsable de la supervivencia incluida la agresividad y la territorialidad. Está lleno de memorias ancestrales y controla las funciones autonómicas (respiración y latido cardíaco), el equilibrio y el movimiento muscular. Sus respuestas son directas, reflejas, instintivas. Su función en  definitiva es, mantenernos vivos. En cambio el cerebro límbico sería el responsable de la motivación y la emoción que sentimos al alimentarnos, al reproducirnos y en el comportamiento parental. Sin él nuestra vida no tendría sentido.

El miedo nace bueno. Es ese miedo primitivo del que hablamos: un miedo que nos alerta, que incluso pretende protegernos, un miedo que va en nuestro ADN. Nacemos con la habilidad para saber, de forma instintiva, qué es malo para nosotros. Es un mecanismo de defensa que en realidad nos ha permitido evolucionar.

El miedo tóxico

La principal diferencia entre el miedo bueno y el miedo tóxico es sencilla: mientras que el miedo bueno pretende alertar, protegerte, activarte… El miedo tóxico no tiene nada de positivo: nos paraliza y nos impide sacar todo nuestro potencial. Y no solo es innecesario, sino que puede llegar a perjudicarte tanto a nivel personal como profesional. Ese miedo tóxico se caracteriza por ser irracional, totalmente irreal y con origen en el imaginario, en un pensamiento distorsionado y pesimista. Hablar en público, enfrentarse a una entrevista de trabajo, a mostrar tu verdadera identidad, a fracasar, a no gustar…

La sociedades actuales están llenas de miedo, un miedo incubado por los grandes jerarcas. Hay que tomar consciencia de esta situación para poder poner fin a la parálisis por miedo. Toma conciencia de cómo actúa, qué lo alimenta y a su vez cómo neutralizarlo para que no dirija tu vida.

 

\"miedo\"

 

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