Buenos días a todos
Quiero compartir con ustedes los rasgos característicos de las personas que son emocionalmente débiles, pero desarrollan más as habilidades del cerebro reptil. Es bueno conocer a estas personas y así evitar molestias en encuentros casuales o en amistades tóxicas.
Las personas asociadas a un perfil altamente «reptiliano» presentan características distintivas que se manifiestan tanto en su comportamiento como en sus interacciones sociales. Estos individuos suelen ser enérgicos y están notablemente orientados hacia el exterior, buscando constantemente establecer nuevas relaciones y conexiones. A primera vista, pueden parecer amables y cercanos, mostrando una apertura que resulta exagerada. Sin embargo, esta apariencia de calidez y accesibilidad esconde, en su interior, un interés oculto.
La apertura de estas personas no es un reflejo genuino de empatía o deseo de conexión. Más bien, se trata de un interés camuflado: su objetivo es conocer a los demás para ejercer control, intuir situaciones para chantajear y crear alianzas estratégicas con aquellos que podrían ayudarles a obtener un mayor poder. Este enfoque suele llevar consigo una mentalidad de competencia, donde la relación se convierte en una herramienta para sus propios fines.
A pesar de su capacidad para interactuar, aquellos con un perfil reptiliano están constantemente a la defensiva. A la menor provocación, pueden sentirse heridos o traicionados, y cuando esto ocurre, su reacción puede ser desmedida y agresiva.
La falta de control emocional es una característica notable; estos individuos suelen perder los estribos con facilidad, ya que la parte más primitiva de su cerebro, el cerebro reptiliano, carece de filtros que les permitan gestionar adecuadamente la ira, la rabia, el enfado y, en ocasiones, incluso el miedo.
La incapacidad para ser receptivos o empáticos hacia las necesidades de los demás es otra marca distintiva de este perfil. La estructura íntima y profunda de su cerebro no les proporciona la coherencia emocional necesaria ni el equilibrio que requerirían para diferenciar de manera efectiva los instintos de la razón. Por lo tanto, su interacción con el entorno y con otros seres humanos a menudo se ve afectada por su primitiva búsqueda de autoconservación y poder, dejando de lado cualquier consideración hacia los sentimientos o necesidades ajenas.
La frase de hoy.
No es necesidad, no deseo: no, el amor al poder es el demonio de los hombres. Déjelos tener todo: salud, comida, un lugar para vivir, entretenimiento; son y siguen siendo infelices y desanimados: porque el demonio espera y espera y estará satisfecho. (Friedrich Nietzsche)