Buen día para todos ustedes.
Hoy quiero compartir algunas reflexiones sobre la buena comunicación, para que puedas evaluarte y definir en qué áreas de este proceso necesitas mejorar. Si no nos comunicamos de manera efectiva, corremos el riesgo de vivir en un mundo lleno de conflictos y carente de paz. Cada experiencia de comunicación nos brinda la oportunidad de crear conexiones, y así como las neuronas forman sinapsis, nosotros también debemos construir muchas y buenas conexiones para vivir en armonía y con gratitud.
La comunicación es la herramienta fundamental que tienen los humanos para expresar sus ideas, pensamientos y emociones. Es vital que no solo sepas transmitir tu mensaje, sino también interpretar, entender y comprender lo que los demás intentan decirte, tanto a través de su lenguaje verbal como de su lenguaje corporal.
Para ser un buen orador o comunicador de ideas e historias, es esencial ser un buen oyente. Aquellos que practican la virtud de escuchar suelen ser mejor comprendidos en sus conversaciones.
Debemos recordar la enseñanza de Stephen Covey en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”: primero comprender, y solo después ser comprendido. Esta es una verdad que debemos tener presente. Hay que afrontar cada diálogo y cada conversación con el objetivo de lograr un entendimiento mutuo. Evitemos caer en discusiones inútiles que solo generan emociones negativas y tensión innecesaria.
La escucha ocupa una parte significativa de nuestro tiempo de trabajo, llegando hasta el 55%, según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos.
Te recomiendo practicar la escucha empática o radical, que se trata de entender a la otra persona en profundidad. Esto implica meterse en la piel del hablante, hacer un esfuerzo consciente por entender y, a través de gestos y palabras de aliento, transmitirle que está siendo escuchado y valorado. Es fundamental practicar la paciencia y dar tiempo suficiente a quien habla para que pueda desarrollar sus argumentos y ser comprendido. Hacer preguntas inteligentes y prestar atención al interlocutor, respetándolo y apreciándolo, también son elementos clave. En resumen, escuchar debe hacerse no solo con los oídos, sino también con el corazón.
Siempre es importante hacer el mayor esfuerzo posible para entender un mensaje desde la perspectiva del otro.
La habilidad de escuchar es lo que distingue a los buenos comunicadores de los excelentes. Y sí, queremos que seas un comunicador excepcional; por eso, aquí te compartimos algunos consejos para mejorar tu habilidad de escucha.
La escucha empática implica ponerse en el lugar de la otra persona y ver el mundo desde su perspectiva. Escuchar con el corazón requiere tiempo y atención, y debe aplicarse en situaciones específicas.
Frases del día:
Hay frases que logran hacernos reflexionar, aquellas que, independientemente de si estamos de acuerdo o no, nos invitan a detenernos y pensar por unos momentos.
\»Dios te ha dado dos oídos y una sola lengua; ya sabes la razón de ello.\»
\»No lo olvides nunca: todo comunica, y la comunicación es como el eco: devuelve lo que hagas. ¡Cuídala!\»
\»Si no sabes comunicarte bien con los demás, no sabes convencer ni motivar. Si no sabes comunicarte, estarás mal informado y no podrás dirigir ni controlar con eficacia.\»