El Cerebro Reptil: la supervivencia
En lo profundo del cerebro se encuentra el cerebro reptiliano, su parte más antigua y primitiva. Está formado por los ganglios basales, el tallo cerebral y el sistema reticular, situado en la fosa posterior del cráneo. Se encarga principalmente de la supervivencia y los instintos. Allí se procesan las primeras experiencias de vida no verbales, de aceptación o rechazo.
El Cerebro Reptil: los instintos más básicos
Está encargado de los instintos más básicos: ante una situación de peligro, responde huyendo o atacando. Por otra parte, regula las funciones fisiológicas involuntarias como la respiración, la temperatura corporal, la circulación, la homeostasis y el trabajo de las hormonas. Además, lleva a cabo luchas por el territorio y por la reproducción. El cerebro
reptil también regula funciones básicas, como el hambre, la sed y la necesidad de protección.
El Cerebro Reptil: hacia la acción concreta
Esta parte del cerebro se encarga de todo lo relacionado con la acción concreta: no tiene la capacidad de aprender, de sentir, razonar o imaginar un futuro o recordar un pasado. Nos sitúa en el presente y es incapaz de anticipar. A este cerebro le interesa sobrevivir y percibir una realidad coherente, sin importarle si es verdadera. De esa manera, puede construir un escenario con mayor seguridad y tranquilidad.
Gran guardián de la vida, permite una rápida adaptación a través de respuestas elementales poco complejas. Vale aclarar que es también capaz de cometer grandes atrocidades. Sus limitaciones están básicamente conformadas por los miedos.